Estaba asustada, ese era su primer día de clases, no sabía que le esperaba, solo que tenia que irle bien, no podía quedar a medio camino como todo lo que había empezado este último año y que siempre dejaba a la mitad, era mucho lo que tenia en juego, había que responder a quienes habían confiado en ella y la estaban apoyando, con hartos sacrificios, porque bien sabia ella, que la plata no sobraba en su casa, debía ganarse todas las becas que pudiese porque sino, seguramente no tendría dinero para viajar desde su casa a la universidad ni mucho menos para alimentarse, tenia que poner todo de su parte, no podía defraudar a nadie, mas que mal era la primera de la familia que llegaba a la universidad, y no porque los demás no fuesen capaces sino que por no contar con los recursos para seguir estudiando una carrera.
Había egresado hace ya un año de educación media, trabajo algunos meses y luego se preparo para dar nuevamente la prueba para ingresar a la universidad, la primera vez la había ido bien pero no había dinero para que fuese a estudiar, ahora entre todos habían juntado el dinero para su matricula y las mensualidades se verían en el camino, pensando en esto puso su primer paso en ese escaño que daba el ingreso a su nueva vida, si por fin estaba en la universidad, sería profesional, la primera de su familia y eso la llenaba de alegría, no sabia lo que encontraría pero no le importaba mucho, no podía ser tan terrible, había tenido excelentes notas en la media, primer lugar y mejores promedios, así que estaba preparada y lo demostraría.
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