Por fin he llegado a casa, después de cinco días de andar viajando al norte del país, donde lo pase bien a ratos y pésimo casi todo el tiempo, todo por culpa de una cantidad de llamadas que me dejaron mas que mal, con jaqueca, nauseas y mucho pensar, pensar en todo, en nada y en todo. Pienso en la cantidad de cosas que tengo acá dentro, en lo difícil que es escuchar sin poder mandar todo al diablo, pero en fin..., hay que darle a todo el lugar justo que tiene en la vida, y al parecer esto que me amargo tanto estos cinco días no merecía ni un pequeño lugar en mi existir.
Malas ondas, malas vibras, espero poder olvidarlas pronto...Estoy muy apestada, me acuerdo y me da rabia, ¿cómo pude haber tenido algo con él?, ¿cómo equivocarme tanto?, bueno no saco nada con pensar en ello..., eso es algo que no tiene solución, además ni siquiera tengo el ánimo de tratar de solucionar algo que no merece la pena.
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