¿Dónde estas?, gritaba ella sin ser escuchada, mientras aún sentía el choque de aquel golpe en su mejilla, ¿Dónde estas?, volvió a gritar, cuando tímidas lagrimas comienzan a resbalar por su rostro nublando su vista. Nadie lo sabe.
En ese instante, se da cuenta que debe comenzar a correr a huir, sabe que tiene que hacerlo, pero sus pies están inmovilizados, lo intenta pero cae una y otra vez, tratando de levantarse. Se siente cansada, temerosa, sabe que tiene que intentarlo una vez mas, no sabe donde ir, solo sabe que añora sentir sus tibios y dulces brazos acurrucándola y hablándole al oído, calmando su sufrir.
Se pregunta ¿porque no supe ni quise entender?, hoy se arrepiente de ello, no sabe si es tarde o no, allí esboza un melancólico intento de sonrisa, sintiendo sin parar, como sus lágrimas van aumentando. De pronto, siente unos pasos que se acercan lentamente a ella, no puede distinguir quién es, tiene miedo, frió y dolor, esos pasos se sienten mas cercanos, su pavor aumenta, no puede correr, no puede gritar pidiendo ayuda. De pronto escucha que los pasos se han detenido, intenta levantar su cara, pero su miedo es mayor, siente que es observada, y ve como unos manos se acercan a ella, su pánico le da fuerzas para huir, pero unos ellos la detienen, sintiendo como la envuelven en un tibio y dulce abrazo, levanta su cara y observa extasiada, su labios se sonríen al escuchar :
"aquí estoy mi vida, quédate en mis brazos que yo te daré mi abrigo, deja que te ayude, que yo te protegeré",
trata de hilvanar palabras pero solo ríe, sabe que es entendida, sabe que es perdonada, los golpes de la vida le han enseñado que ya no es una niña, pero también, que puede contar siempre con los brazos protectores de su madre.
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